¿Qué es un Patch Test o Test de Parche para Productos Cosméticos?
- Daniel Jiménez
- 10 abr
- 3 Min. de lectura
El Patch Test, o Test de Parche, es un ensayo dermatológico fundamental para evaluar la seguridad de los productos cosméticos cuando entran en contacto con la piel. Este procedimiento, ampliamente utilizado en la industria cosmética, permite identificar de forma controlada y segura posibles reacciones irritativas o sensibilizantes que pueda provocar una fórmula cosmética en condiciones de uso normal.
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¿Por qué se realiza un Patch Test?
La legislación cosmética europea, bajo el Reglamento (CE) 1223/2009, establece que todos los productos cosméticos deben ser seguros para la salud humana cuando se utilizan en condiciones normales o previsibles de uso. Para demostrar esta seguridad, especialmente en productos destinados a estar en contacto directo y prolongado con la piel, el Patch Test es uno de los ensayos más utilizados y reconocidos.
Un cosmético que provoca irritaciones, enrojecimiento o reacciones alérgicas puede comprometer tanto la salud del consumidor como la reputación de la marca.
El Patch Test permite:
Evaluar la tolerancia cutánea: Verifica que el producto no produce irritación ni sensibilización en la piel.
Detectar reacciones adversas: Permite observar posibles respuestas dérmicas antes de la comercialización.
Cumplir con los requisitos regulatorios: Sus resultados suelen formar parte del expediente de seguridad cosmética (PIF), dentro del apartado de evaluación toxicológica.
Patch Test: ¿Cómo se lleva a cabo?
Aunque existen diferentes metodologías, el procedimiento habitual del Patch Test sigue protocolos estandarizados y es realizado bajo supervisión dermatológica.
Proceso habitual:
Selección de voluntarios:
Se selecciona un grupo de personas (normalmente entre 20 y 50), representativas de los potenciales usuarios del producto. Los ensayos se realizan con la autorización expresa de los participantes y bajo criterios éticos.
Aplicación del producto:
Se deposita una pequeña cantidad del cosmético en discos de algodón o parches oclusivos, que se colocan en zonas sensibles de la piel (normalmente la parte superior de la espalda o antebrazo).
Período de exposición:
Los parches permanecen en contacto con la piel entre 24 y 48 horas, evitando humedad o sudor que puedan interferir en los resultados.
Evaluación dermatológica:
Una vez retirado el parche, un especialista examina la piel en busca de signos de irritación, enrojecimiento, picor o cualquier alteración visible. En algunos casos se realizan evaluaciones adicionales tras 72 horas para detectar posibles reacciones retardadas.
Interpretación de resultados:
Se clasifican las reacciones observadas según escalas dermatológicas internacionales (por ejemplo, la escala ICDRG) y se determina la tolerancia cutánea del producto.
¿Por qué es importante el Patch Test?
Realizar un Patch Test correctamente no solo aporta garantías de seguridad al consumidor, sino que también refuerza la calidad del producto y protege la imagen de la marca frente a reclamaciones o problemas dermatológicos.
Además, contar con un Patch Test dentro del expediente de información de producto (PIF) demuestra un compromiso real con las buenas prácticas de fabricación y con la salud de los usuarios.
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