Nueva Zelanda prohíbe las PFAS: En un paso audaz hacia la seguridad de los productos de belleza, Nueva Zelanda ha anunciado una prohibición total de las sustancias perfluoroalquilos y polifluoroalquilos (PFAS) , comúnmente conocidas como "químicos permanentes", en los cosméticos para 2027.
Esta iniciativa posiciona a Nueva Zelanda como uno de los primeros países en tomar medidas tan estrictas contra estos compuestos duraderos, vinculados a diversos problemas de salud como el cáncer y la infertilidad, y conocidos por su resistencia a la degradación ambiental.
Un paso de precaución hacia la salud pública
A pesar de PFAS No son un componente común en los productos cosméticos, su presencia en productos como esmaltes de uñas, cremas de afeitar y rímel ha encendido las alarmas en la comunidad científica y reguladora.
"Estamos adoptando un enfoque de precaución, limitando cualquier riesgo potencial que estos químicos puedan plantear",
Explicó el Dr. Shaun Presow , Gerente de Reevaluaciones de Sustancias Peligrosas de la EPA de Nueva Zelanda. La decisión refleja una tendencia creciente de regulaciones que se adelantan a los riesgos antes de que se manifiesten ampliamente en la población o el medio ambiente.
Industria cosmética y período de transición
La industria cosmética necesitará ajustar sus formulaciones, ya que tiene hasta el 31 de diciembre de 2026, para eliminar por completo estos químicos de sus productos. Este período de gracia tiene como objetivo proporcionar tiempo suficiente para la transición hacia alternativas más seguras sin afectar la viabilidad comercial de las empresas involucradas.
Contexto global y comparaciones internacionales
Esta medida es parte de una serie de actualizaciones del Estándar del Grupo de Productos Cosméticos de Nueva Zelanda, cuyo objetivo es alinear las prácticas nacionales con las tendencias regulatorias globales.
Si bien algunas jurisdicciones en Estados Unidos y la Unión Europea están comenzando a considerar restricciones similares, Nueva Zelanda está a la cabeza en el campo cosmético, sentando un precedente que podría inspirar acciones más amplias a nivel internacional. La prohibición de las PFAS en los cosméticos no sólo protege a los consumidores sino que también envía un mensaje claro sobre la importancia de la salud pública y la responsabilidad ambiental en la fabricación de productos de consumo cotidiano.
Con esta acción, Nueva Zelanda refuerza su reputación como líder en la implementación de políticas progresistas de salud y seguridad ambiental.
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